Chaco

CHACO: Aida Ayala: “Cuando Respetamos A La Ecología Y A La Naturaleza, Estamos Respetando Nuestros Derechos”.

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Ya estamos culminando el año, un año lleno de incertidumbres, de sobreinformación, de cambios constantes y radicales.

Haciendo un balance de lo que va del año y lo que queda en este trecho que nos toca atravesar, con esta nueva normalidad que nos venimos adaptando con perseverancia, no debemos ni queremos bajar los brazos, pero si proponemos hacer un parate para analizar la cantidad de cambios progresivos que venimos sufriendo. Cuando digo cambios me refiero no solo a los hábitos como sociedad sino los costos que tenemos que afrontar.

Desde que se decretó el aislamiento social y preventivo en nuestro país (la cuarentena más larga del mundo), nos privó de seguir ejerciendo nuestro labor parlamentario de manera presencial, nos llevó a trabajar desde nuestras casas (porque no se dejó de trabajar en ningún momento) se sucedieron un sin fin de hechos catastróficos en nuestro país en materia medioambiental: incendios, sequías, animales que se encuentran en peligro de extinción a punto de dejar de existir, y miles de hectáreas de bosques nativos desaparecidos. Pero tampoco nos olvidemos que en esta pandemia también afectó y afecta a nuestro medio ambiente. El aumento de desechos plásticos que se generó en estos meses es superior a la que se generaba años anteriores.

No nos pusimos a pensar en ningún momento de que manejar los cuidados que tenemos que mantener sería una de las mayores formas de contaminación que pueden existir, ya que el no uso de materiales descartables o desechables es imposible o impensada. El plástico en todas sus formas de insumos sanitarios como los elementos de protección pasó a ser parte de los paisajes citadinos de la Argentina: guantes, envases plásticos, bolsas, máscaras, y muchos elementos más.

Esto es una invitación a replantearnos las formas de consumo. Muchos descartables, que son elementos plásticos podemos diferenciarlos al momento de deshacernos de ellos y de esa manera se va diferenciando los residuos y a su vez concienciando a nuestro entorno. Este es el granito de arena que podemos aportar como sociedad. Es momento de cambiar hábitos, (como lo venimos haciendo) y este proceso de adaptación llevará su tiempo y tal vez los resultados los vean las futuras generaciones.

Estoy a disposición de recibir propuestas con alternativas, porque podemos seguir trabajando como sociedad en comunidad por nuestro bienestar, porque la participación ciudadana es valorada y rica para nuestra labor pública. Cuando respetamos a la ecología y a la naturaleza, estamos respetando nuestros derechos.