Ante la proliferación de enfermedades transmitidas por las garrapatas y casos cada vez más comunes de Leishmaniasis en Resistencia, admitida por varios especialistas y referentes del centro dedicado a los animales que funciona en la capital provincial, el reconocido veterinario Carlos Corsi brindó algunos consejos y estrategias para combatir estas enfermedades y mejorar la calidad de vida de las mascotas. Aunque admitió que el actual contexto económico y los costos cada vez más elevados de los remedios para combatir a las garrapatas conspiran muchas veces contra las buenas intenciones de los dueños de las mascotas, a la hora de decidir acceder o no a un tratamiento, Corsi recordó en primer lugar que el agua de paraíso pueden ayudar cuando se las ubica cerca de las cuchas.
“La garrapata es reservorio y transmisor de enfermedades hemoparasitosis; es decir, que se instalan en la sangre. Pero es muy difícil que transmitan algún virus o bacteria”, explicó y agregó que, en cambio “la Leishamniasis es muy peligrosa para los perros porque los puede llevar a la muerte, pero también puede transmitirla al hombre. El experimentado veterinario aseguró que no lo sorprende la proliferación de casos, ya que deriva de la falta de higiene. “Lamentablemente, estamos teniendo una calidad de vida sumamente deteriorada, vivimos mal, en lugares muy sucios, gente que vive hacinada y sin las condiciones adecuadas; esto no es más que la consecuencia de este proceso en general”, planteó.
Señales a tener en cuenta
La cuestión de la garrapata es increíble. Hace 50 años no había la garrapata chiquita (Rhipicephalus sanguineus), que llegó cuando empezaron a importar perros. En Resistencia sólo existía la garrapata del bovino, que cae cuando está alimentada y larga los huevos. Ahora, aún en patios con pisos y paredes de cemento se encuentran garrapatas; por eso lo que hay que hacer, cuando se desconfía de que el perro puede tener una hemoparasitosis, es concurrir al veterinario y éste tomará la muestra de sangre para darle el tratamiento adecuado
Entre las “señales” que pueden tenerse en cuenta, Corsi recomendó fundamentalmente poner atención en el estado de ánimos de la mascota. “En general, la tristeza está asociada a estas patologías; hay que tener en cuenta si tuvo una carga importante de garrapatas”, describió.
A la vez, en zonas cercanas a los ríos como las que existen en la capital provincial, el especialista instó a tener presente a la Leishmaniasis, que es transmitida por el “carachai” u otros mosquitos característicos de esos lugares. “Esta enfermedad tiene manifestaciones cutáneas o bien afectar algún órgano y esto es fatal”, describió. A la vez, agregó que la edad de las mascotas no influye en la peligrosidad de las garrapatas, de hecho, el paso del tiempo “va dotando al animal de cierta inmunidad”.
La leishmaniosis (o leishmaniasis) es un conjunto de enfermedades zoonóticas y antroponóticas causadas por protozoos del género Leishmania. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad van desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas fatales en las cuales se presenta inflamación grave del hígado y del bazo. Es una enfermedad zoonótica que afecta tanto a perros como a humanos. Sin embargo, animales silvestres como liebres, zarigüeyas, coatíes y jurumíes, entre otros, son portadores asintomáticos del parásito, por lo que se les considera animales reservorios.
El agente se transmite al humano y a otros animales a través de la picadura de hembras de los flebótomos, un grupo de insectos chupadores de sangre pertenecientes a los géneros Phlebotomus del Viejo Mundo, (Europa, África y Asia) y Lutzomyia en América, de la familia Psychodidae. En Argentina torito, plumilla o carachai.