Cultura

MUSICA: Djavan “D”, Nuevo Álbum, Ya Disponible En Plataformas Digitales

Grabado en su totalidad durante la pandemia, el 25º álbum de estudio de Djavan llega a las plataformas digitales el 11 de agosto. Llamado “D” (Luanda Records/Sony Music), la inicial del nombre del “alagoano” (originario de Alagoas), el título del proyecto de 12 pistas nació de las conversaciones entre el artista y Giovanni Bianco, diseñador brasileño de presencia internacional (ya trabajó, por ejemplo, con Madonna), director creativo y responsable de la portada y dirección de los videoclips del nuevo álbum.

Producido y arreglado por Djavan–con diseños de vientos (explorando la apertura de “voces” y las muchas posibilidades de timbres de los instrumentos), uso intenso de la percusión y uso del estilo personal de cada músico de la base, que atestiguan su madurez como arreglista– “D” es antes que nada una impresionante cosecha de canciones, todas con la marca del autor.

Es decir, melodías sinuosas, armonías ricas y sorprendentes, paseo a través de varios géneros y ritmos, y sin ninguna pérdida del acento pop, al contrario. Hay éxitos instantáneos como “Num mundo de paz”, una melodía irresistible con base de funk tradicional, las baladas “Primeira estrada” o “Quase fantasia”, el folk “Iluminado”. Como hay, también, algunas de las canciones más sofisticadas que Djavan hizo en su vida. En canciones nuevas, “D” parece contener todas las vertientes de la creación de Djavan.

El disco de número redondo, 25, una especie de bodas de plata del artista con su voz y sus melodías y letras grabadas, fue masterizado por Greg Calbi y Steve Fallone, un dúo nominado 47 veces y cinco veces ganador del Grammy, cuyos créditos incluyen trabajos con Lady Gaga y Tony Bennett, Bob Dylan, Arcade Fire y Taylor Swift, entre otros.

La canción “Num mundo de paz”, que sirvió como primer sencillo y videoclip, lanzado el 30 de junio, apunta al final de los años de sufrimiento: “Lindas noches de verano/Tomados de la mano por ahí/Recuperando lo que era bueno/Pero si no quieres salir/Deja que el viento te lleve/Y el amor/Cuide de todo.”

“Sevilhando “, a su vez, es una canción de Djavan que ya nace clásica para sus fans, por el neologismo del título, un verbo que no existe, pero que debería existir, por lo que Sevilla representa en términos existenciales, paisajísticos, estéticos y creativos para el mundo. Musicalmente, “Sevilhando” parece un ejercicio de estilo, una canción brasileña basada rítmicamente en funk, armonía y arreglos de jazz, melodía española (una linda receta, como si fuera posible que haya una receta, de las influencias musicales de Djavan). Un clásico de Djavan, como se ve, todas sus grandes influencias –música brasileña, música negra y flamenco– amalgamadas en una canción pop y muy bien hecha.

“Beleza destruída ” es otra canción muy importante en este trabajo. Quizás pocas personas lo sepan, pero no hubo influencia mayor que la de Milton Nascimento en la fase inicial, de los años 60 a los 70, cuando la sensibilidad musical de Djavan se estaba formando. Especialmente en la libertad y la inventiva armónica, en la atención a las melodías y, por supuesto, en la manera única de cantar. Escuchando bien, todo esto está en “Beleza destruída”, canción hecha especialmente para el disco y para reparar un vacío en su carrera, nunca haber grabado nada con Milton Nascimento. El segundo sencillo y videoclip del álbum, lanzado el 21 de julio, el dúo con Bituca es una de las canciones más conmovedoras de Djavan: la misteriosa melodía, sobre la armonía inventada en su guitarra, son la base de una letra urgente, política, ecológica –como tantas del repertorio de Djavan y Milton– y que denuncia la insistencia en la destrucción de la naturaleza, sin medias palabras: “Pero el hombre/Ciego por dinero/Solo sabe decir:/Diezmar, diezmar/Ver tanta belleza/Destruida/Encogiendo/La propia vida así/¡Es el fin!”. Como todas las canciones del álbum, “Beleza destruída” fue arreglada con gran cuidado por Djavan para que las voces tan únicas de él y Milton Nascimento, un encuentro que en sí mismo ya es un evento, se armonicen. Evidentemente emocionados, ellos grabaron sus voces juntos en el estudio.

Siguiendo su método muy personal de componer, Djavan hizo casi todas las canciones de “D” en Río de Janeiro, desde junio de 2021 y durante la segunda mitad del año pasado. Las grabó todas con músicos de varias etapas de su carrera, cada canción “pidiendo” al músico más apropiado para ella. En “Num mundo de paz”, por ejemplo, en la cocina rítmica se mezcla la batería técnica, perfecta, de Felipe Alves, de la banda del disco anterior, “Vesúbio”, con el bajo más creativo y cadenciado de Marcelo Mariano, quien acompañó a Djavan por más de 20 años. De la misma época, Djavan convocó al argentino-brasileño Torcuato Mariano en la guitarra, que hace la introducción y los solos. Además del fiel escudero Paulo Calasans en el teclado, y asistente de Djavan en la producción musical. Otros antiguos compañeros de banda conforman la familia de vientos presentes en varios temas, Marcelo Martins en el saxofón, Jessé Sadoc en la trompeta y fiscorno, que reciben al novato del grupo, Rafael Rocha, en el trombón. Tal rotación de músicos tiene lugar en cada canción, y no una banda fija, el baterista a veces puede ser el “antiguo” Carlos Bala junto al bajista Arthur de Palla, de la banda de “Vesúvio”.

 Con las canciones listas, arregladas y grabadas, Djavan fue el 22 de enero a su casa de playa en Alagoas natal, donde en los siguientes dos meses se escribieron todas las letras, tal vez de ahí viene la característica tan solar del álbum. Todas, de hecho, con la excepción de dos: el samba “Êh, Êh!” e “Iluminado”, pistas que tienen orígenes y características diferentes a las otras diez del álbum.

Hecho con la colaboración de Zeca Pagodinho, “Êh, Êh!” fue lanzado por Alcione, una estilista del samba, en 2014. También estilista y él mismo inventor del samba a su manera, Djavan sintió ganas de mostrar también su forma de hacer esta música. Es la pista hecha para aquellos que les gusta disfrutar de la guitarra de Djavan.

“Iluminado “, la más reciente de las canciones de “D” y que sirve como tercer sencillo, fue compuesta en la playa, frente al mar de Alagoas. Y su prole, hijos y nietos, todos reunidos. La melodía nació en Djavan a partir de un ritmo de ukelele que su hija Sofia hacía en la playa. En poco tiempo la canción estaba lista, música y letra, simple, playera, solar. Djavan piensa que es la canción más popular del álbum y le proporcionó un viejo sueño: grabar con todos los hijos y nietos músicos, desde los mayores, y ya profesionales, Flavia Virginia, Djavan y Max Viana, hasta los hijos más pequeños Sofia e Ignacio (“que toca una guitarra como yo”, se sorprende el padre) y los nietos Thomas Boljover y Lui Viana.

Sería muy interesante meterse en la cabeza de un fan de Djavan, o de cualquier persona que ame la música brasileña, escuchando el disco y preguntándose cuál es la mejor canción del álbum. Si la supercompleja y jazzística canción “Ao menos um porto”, llena de matices armónicos y melódicos, su liviano arreglo de vientos llenos de “voces” abiertas, el arreglo vocal hecho y todo cantado por Djavan, y la letra de un amor desesperado. Y el lindo título. O el vals de jazz “Nada mais sou”, en un compás de 6/8, tan típico de Djavan. O la balada pop que abre el álbum, “Primeira estrada “, con todas las sutilezas armónicas posibles que brotan de la guitarra de Djavan.

Quizás la mejor sea el pop  y “djavânica”, con toda las rupturas rítmicas y poéticas tan típica suyas, “Cabeça vazia”, un perfecto ejercicio de estilo. O, aún, en el tema ejercicio de estilo, sea el delicioso bolero “Você pode ser atriz”.

Pueden ser dos abordajes inusuales del amor: la canción pop “Quase fantasia”, un amor platónico y, como si fuera su opuesto, el blues “Ridículo”, un amor real, solo que en realidad un tremendo error, un tema tan típico del género.