“Mis inicios fueron convulsos. Hace algunos años sentí la necesidad de decir acerca del mundo que percibía y me habitaba, desde otro lado, lejano al Derecho, que era mi profesión. Otro lenguaje, no lógico pulsaba por salir, el poético: “las palabras dicen lo que no sé, lo que no aprendí”. Me alejé del paisaje urbano y me acerqué al río, y desde el deslumbramiento de la creación, empecé a crear yo también” contó la autora.
Pronto comprendí la necesidad de adquirir las herramientas del oficio. Ingresé a todos los talleres que me recomendaron en Resistencia y fueron de gran ayuda. Quien realiza esta entrevista fue de uno de mis primeros formadores en este sentido, y por supuesto mis padres docentes fueron mi cuna de aprendizaje de la vida.
– Te desenvolvés con igual soltura en poesía como en narrativa. ¿Qué podemos esperar de este libro? ¿Lo tenías escrito o lo escribiste para el concurso?
La poesía es mi palabra esencial, me atraviesa me sacude; como decía escribo ante el deslumbramiento y pero también ante el horror, temas de la condicion humana, como los miedos, la muerte, la violencia, la esclavitud me piden otro tratamiento, otro género: la narrativa. Las novelas que escribí responden a esa necesidad.
“El desafío de los mortales” invita a pensar la muerte, para morir lo menos posible cada día; “Puertas en la cabeza”, aborda cuestiones de género, toca las puertas clausuradas, no solo por la sociedad, los prejuicios, sino las que mantenemos cerradas en nosotros. Ahora “Las Carimbas del Silencio” también responde a un llamado social.”
Una frase de Toni Morrison, autora afroamericana Nobel de Literatura, abre la obra: “Si hay un libro que deseas leer, pero aún no ha sido escrito, deberías escribirlo”.
“La novela no la escribí para el concurso; la comencé hace unos ocho años y la mantuve en permanente corrección, puliendo el equilibrio, la armonía entre la ficción y la realidad histórica. Aún investigo sobre el tema.
“Surgió en una visita a Santiago del Estero, un museo itinerante mostraba la ruta del esclavo en el Virreinato del Río de la Plata, la esclavitud en la época colonial y precolonial, la quema de una parda a metros de donde yo estaba parada, y se encendió una indignación. ¿Por qué no nos contaron esta historia, por qué no sabía que en nuestra tierra quemábamos esclavos?”
“De ese no-saber surgió la necesidad de estudiar y, en clave de novela, compartir nuestro pasado de esclavos, y de nuestro origen compuesto por originarios, africanos y europeos, que nos ayuda a comprender nuestro presente mestizo y proyectar un futuro sin racismo, ni discriminación, ni intolerancia.”
“Pero como decía: la poesía nunca me abandona. En este momento hay dos poemarios inéditos que estoy puliendo: “Como un agua cierra heridas” y “La asfixia o el olvido”. Sueño con hacer un audio libro.”
– ¿Para vos son importantes los premios literarios?
“Los concursos son un estímulo. Constituyen apoyos económicos importantes para publicar. Y cuando no ganamos puede ser una frustración, pero también un llamado a nuevas correcciones. En el caso de esta novela la felicidad mayor es saber que llegará a bibliotecas y escuelas . Fue el deseo íntimo que la mantuvo en pie todos estos años por el contenido de la misma.”
“El impulso del Gobierno del Chaco, desde el Instituto de Cultura y de Lotería Chaqueña, a través de ésta y otras iniciativas, es muy importante para fomentar el trabajo literario.”
– ¿Cómo ves la actual escena literaria del Nea?
“Sobre el Nea me gustaría destacar que hay movimiento literario, un hervidero de propuestas, grupos de escritores que luchan por la creación y la difusión de las voces de la región, editoriales y colecciones, eventos culturales oficiales, y privados, ferias y fiestas del libro, talleres. Creo que nuestra Región está atravesada por ríos y letras que fluyen y no se detienen.”