Chaco

CHACO: A Un Año De Mujeres De La Tierra: Un Crecimiento Con Los Saberes Ancestrales Como Bandera

El programa Mujeres de la Tierra, perteneciente a la Subsecretaría de Ambiente y Biodiversidad del Chaco, cumplió un año de su lanzamiento y referentes de comunidades originarias destacaron la importancia de este espacio. La semana pasada, integrantes de la cartera impulsaron una jornada en el Parque Provincial Pampa del Indio junto a “Madres Cuidadoras de la Cultura Qom” para intercambiar saberes ancestrales.

El intercambio de saberes ancestrales es una de las temáticas que más importancia tiene para las comunidades originarias que forman parte del programa del Gobierno del Chaco “Mujeres de la Tierra”. “Desde el Ministerio apoyamos y promovemos actividades que enriquezcan nuestro patrimonio cultural”, destacó al respecto la entidad en sus redes sociales.

Noelia González, coordinadora del programa e integrante de la comunidad Qom, destacó a Agencia FOCO la importancia del programa a un año de su lanzamiento. Además, describió el valor de los encuentros realizados para intercambiar saberes dado que son un espacio para dar voces y mantener vivas las culturas ancestrales. “Charlamos de muchas cosas porque nosotras le enseñamos cosas y ellas a nosotras. De las medicinas, del consumo de comida autóctona. Las hermanas por ejemplo nos enseñaron a hacer etnojuguetes, y nosotras les enseñamos un poco de cestería”, explicó.

“Esos son intercambios de saberes ancestrales porque, por ejemplo a mí el tema de la cestería me enseñaron no en una institución, sino que me enseñó mi abuela. Eso va de generación en generación, lo mismo ellas con los etnojuguetes. O sea, para las comunidades originarias, eso va de generación en generación a través de la oralidad y a veces se pierde”, destacó.

“Los ancianos nos enseñan a nosotros para que podamos transmitir. Y eso mismo es lo que fuimos a hacer en Pampa del Indio”, resaltó.

Al respecto, González insistió en la importancia de la institucionalización del espacio Mujeres de la Tierra para las comunidades originarias. “Las comunidades originarias, fueron silenciadas por muchos años. Pero ser parte del Estado nos ayudó muchísimo. Incluso faltan muchas cosas, recursos nos faltan, pero seguimos nosotras con el mismo pensamiento, el mismo objetivo y el mismo sentir”, señaló. “La idea es reivindicar nuestro pueblo, a nuestras comunidades nuevamente, porque este el lugar que por derecho es nuestro y compartir esto de lo que es la interculturalidad en el pueblo, con la gente y con la sociedad es clave”, dijo.

A un año del programa Mujeres de la Tierra: el crecimiento de una idea

“El programa Mujeres de la Tierra surge a través de la convocatoria dentro del barrio Gran Toba de las mismas mujeres del barrio, por muchas problemáticas que hay. Entre ellos, problemas de consumo, violencia, violencia institucional. En fin, muchas, muchas problemáticas que hay dentro del barrio”, describió.

Según contó, la iniciativa que hoy ya reúne a unas 40 mujeres de variadas edades, inició como colaboraciones y colectas en los barrios. “Así se lanzó primeramente en los principios. Hacíamos colecta de útiles por la falta de útiles de algunos chicos, hacíamos campaña de donaciones en el Facebook, en Instagram. Conocimos la UNNE. Un montón de cositas así”, recordó.

Finalmente, llegó la institucionalización por parte de la Secretaría de Ambiente en abril del año pasado y la temática se volvió más abarcativa.

“Primero empezamos con el tema del ambiente, La idea era trabajar desde que los pueblos originarios son un eje transversal con respecto al tema del ambiente. ¿Por qué? Porque desde temprana edad ya se trata. O sea, todo lo que hoy en día pasa es porque antes no se escuchaba la voz de los pueblos originarios y era algo de que se venía hablando dentro de la comunidad”, destacó.

Al respecto, Noelia González reflexionó que si bien aún faltan mejoras o recursos para llevar adelante todas las ideas proyectadas, se va por un camino prudente.

En qué trabaja hoy el programa Mujeres de la Tierra

González destaca la articulación con las diversas comunidades y el trabajo en actividades de socialización entre las personas que integran el equipo de trabajo.

“Articulamos con varios lugares con hermanas Mocovi y hermanas Huichí de toda la provincia, donde podemos intercambiar saberes ancestrales a través de la escucha activa de las hermanas y de las problemáticas que viven cada una en su territorio. Yo como mujer originaria de la comunidad Qom, tengo mi problemática acá dentro de Resistencia, y así también las otras hermanas en otras partes del Chaco”, reflexionó.

Entre las principales tareas están los talleres de  alfarería, cestería y danza autóctonas. “En eso otras cosas también hacen peluquería y costura”, agregó. Además, sumó que se brindan talleres en barrios para difundir la lengua originaria. “Este programa es todo a pulmón, donde las mismas hermanas hacen su producción y van y venden afuera. Es la idea de todo lo que producen en los talleres es para que vendan también”, destacó.

La lengua es otro de los puntos de trabajo de este programa. “Muchos años fuimos silenciados a través de nuestra lengua. Hoy en día en las escuelas, en el barrio, en las comunidades, los chicos están perdiendo. Y esa era otra cosa que nos preocupaba por eso emprendimos talleres de lengua donde los chicos puedan nuevamente construir su identidad”, mencionó.

Además, poseen un taller de danzas constituido por al menos 25 chicos, entre ellos mujeres, niños y adolescentes de todas las edades. “Tuvimos que hacer un trabajo previo con ellos constantemente, pero las mismas madres, las mismas hermanas de la comunidad lo hacen. No viene nadie de afuera, sino que nosotras mismas”, mencionó.

“Hoy en día de verlo después de un año es hermoso. Empezamos con seis niños y hoy en día hay adolescentes danzando después de que durante muchos años tenían vergüenza de hacerlo.  Es importante que las nuevas generaciones se sientan representadas en el arte de la danza porque es lo que nos representa como pueblo”, puntualizó González.  

Una comunidad que trasciende el género femenino

La coordinadora del programa destacó que en Mujeres de la Tierra hay al menos 40 mujeres, entre adolescentes y mujeres mayores con participación activa. “Son niñas, adolescentes y mujeres más grandes. Nosotros le decimos abuelas que están dentro del programa, porque ellas son mujeres más grandes de las que dependemos de lo que nos pueden enseñar a nosotros”, destacó.

“Hoy en día como que se hizo más amplio este programa y donde se están sumando más mujeres. Eso es bueno, es importante también”, mencionó.

En tanto, la funcionaria destaca que si bien la idea inicial era trabajar con mujeres, hoy del programa también participan varones, sobre todo adolescentes. “Los hombres también están en este programa, nos ayudan. Por más que las que llevan adelante este programa son mujeres, uno piensa que sólo están ellas. Pero también hay hombres atrás de esto que están empujando para que nosotros salgamos adelante”, indicó. “Todos juntos podemos ayudar porque esto es transversal”, insistió.

“Por ejemplo, yo siempre digo, yo soy la coordinadora de esto, pero sin mis compañeras nunca lo hubiera logrado de hacer todo lo que se está haciendo. O sea, no estoy sola, sin mis compañeras, mis hermanas de la comunidad no se logra nada”, cerró emotiva la docente.

El proyecto fue lanzado el 22 de abril del año 2022 y es articulado con colaboración de Idach, Cultura y con diferentes organismos del Estado. “El objetivo es jerarquizar y reivindicar el rol de la mujer indígena en la mirada sobre lo ambiental”, sostuvo el coordinador del área de Cultura y Educación Ambiental de la Subsecretaría de Ambiente y Biodiversidad David Pagano, al momento de su lanzamiento.