Desde 2010, el 12 de octubre es un día de reflexión histórica y diálogo intercultural, lo que implica dejar atrás el festejo por la conquista de América y de un proceso que sólo valoró la ilustración europea, para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que los pueblos indígenas y afrodescendientes aportaron a la construcción de nuestra identidad.
El acto fue encabezado por el intendente Gustavo Martínez, que estuvo acompañado por el presidente del Concejo Municipal, Agustín Romero; los concejales Katia Blanc, Jorge Wozniczka, Teresa Celada, Dino Ortiz Melgratti, Carlos Salom y Alicia Frías; el responsable de la Oficina Municipal de Asuntos Indígenas, Rolando Gómez; el creador del pabellón capitalino, Sacha Mijail Vanioff; y los jurados del concurso “Una Bandera para Resistencia”, Marilyn Cristófani, Fabio Echarri y Rolando Andolfi.
Romero sostuvo que “desde hace un tiempo se viene trabajando el concepto de ‘último día de libertad’ por el hecho de respetar y resignificar esta jornada para los pueblos originarios”, y agregó que “en ese sentido, se izó la bandera de Resistencia que reconoce la multiculturalidad de nuestro territorio y resalta el valor de la inclusión”.
En una misma sintonía, señaló que “Resistencia tiene una fortaleza muy importante en la pluriculturalidad de su sociedad y es algo que se debe aprovechar y valorar, porque albergamos una gran variedad cultural que nos permite fomentar distintas actividades que generan una vida social que complejiza nuestro metabolismo y que nos enriquece como personas”.
Celada destacó que “la bandera de Resistencia respeta las culturas preexistentes, por eso consideramos que era el momento ideal para izarla”, y añadió que “también nos convocó el homenaje a todas aquellas personas que integraron el jurado y que nos permitió tener un pabellón flameando como símbolo de nuestra idiosincrasia”.
Vanioff remarcó que “más que nunca deberíamos reivindicar la voluntad de los pueblos originarios en un contexto donde todos los días vemos el fuego y la voracidad inmobiliaria”, y amplió diciendo que “es necesario escuchar los reclamos históricos de estas comunidades ya que no son ellos quienes queman los montes y no son ellos quienes tienen intereses inmobiliarios, sino que su cultura está íntima e intrínsecamente relacionada con la naturaleza que quizás sea la respuesta a la crisis que estamos viviendo”.
Asimismo, manifestó que “no es suficiente con cambiarle el nombre a una fecha histórica o hacer un acto o descubrir una placa, sino que es menester que los gobiernos atiendan las demandas legítimas de las comunidades originarias, y desde nuestra parte deberíamos tratar de esforzarnos por entenderlas respetuosamente, asumiendo que tienen el derecho de la autodeterminación y el autogobierno para tener una convivencia como se debe”.