“Retazos de piel es una celebración, un mimo, un gesto amoroso que detiene el tiempo”, escribe Lefi Ramírez, editora del libro de Pablo Tamburini que se presentará el jueves, a las 19, en la cervecería Skull (Belgrano 762). Será una tarde plena de emoción para quienes se congreguen a ver hecho realidad un sueño en el que el escritor trabajó hasta sus últimos días.
“En Retazos de Piel hay mucho de Pablo. Hay piel que se cubre de tatuajes, un bronceado que brilla, restos de pinturitas de su hija, y a veces, entre líneas, hay carne viva, heridas y cicatrices. Hay amor, de ese que no llama la atención, pero no pasa desapercibido”, escribió para el libro Jorge “Puli” Delfino, hermano de la vida del autor y quien estuvo a cargo del diseño editorial. En el libro también participaron Enrique Tamburini, aportando la imagen de portada; Hernán Romero Villán con las ilustraciones de interiores; y Amparo, la hija más pequeña de Tamburini, como prologuista.
La periodista Gabriela Pellegrini será una de las oradoras de la noche, que pretende ser una celebración, a través de las palabras del escritor. Sobre el libro, impreso por Contexto, Lefi Ramírez escribió: “Entre textos publicados en Instagram e inéditos, se conforma un abanico que lo transforma en un libro-amuleto. Para ordenarlos, no se ha recurrido a un orden cronológico sino a núcleos esenciales para Pablo, que conviven con la idea que tuvo un miércoles a las 3 A.M de ponerles como títulos versos de las canciones que eligió, algo así como una playlist. Con esas coordenadas, traté de generar un recorrido que lo muestre enamorándose con una idea de que el amor es un escudo que posibilita comerse al mundo; hasta llegar a escritos donde te enamora desde lo que duele en la vida”.
Contacto para prensa: Lefi Ramírez 3624 123 765
LA ESCRITURA DE PABLO TAMBURINI
Puedo decidir qué hacer con este cielo.
Puedo adivinar qué pasó con estas nubes, con el fuego que aplacó las estrellas, con el sin fin de historietas contadas por sus labios extraños e inverosímiles de la luna.
Puedo ver la maravillosa sensatez de los ojos del sol al brillar en cada espacio y de cuando en cuando salirse del desierto iluminado que atraviesa el cuerpo celeste de tu sombra.
Puedo romper el bloque de la sensacional altura, de las rarezas de las figuras, de las manos que acarician destruyendo la calma de la superficie, del destino intrascendente, del efímero cristal de las lágrimas.
Puedo volcar mis cenizas en el rostro feroz de las noches, de los días.
Creo también poder vivir para hacerlo, para ver, para soñar, para sentir el frío y el calor de su grandeza, para tocar con mis manos la increíble capacidad, su inexorable belleza. Saber que puedo, que realmente soy capaz de sentir lo que siempre imaginé y nunca veré.
*
Duele.
Se rompe la piel, se desgarra. Sangra.
Se siente en los huesos.
La fragilidad de una decisión. La injusticia de lo humano.
La proporción del cuerpo que sabe que debe abandonar. ¿Por qué duele? ¿Por qué el desenlace es tan cruel? Veremos en un parpadeo la deliciosa vida.
La voz, la impúdica voz que se estremece y se desarma. Queda piel, queda vida, queda la impunidad de lo efímero.
*
Quiero tocarte en este exilio de cuerpos.
En este momento en que los perfumes no se mezclan.
En este día nublado de tatuajes y besos.
Ahora te quiero cerca, más cerca que nunca; que tus labios sean el sonido más precioso al despertar.
Atame a tu sensibilidad absoluta, atame que esto no va a durar mucho más.
Atame hasta el fin, hasta que todo se rompa.