Chaco

CHACO: Micaela Camino, Finalista Del “Oscar Verde”

Micaela Camino, socia de REDAF e investigadora del CONICET está entre los 15 finalistas de los premios Whitley, un prestigioso galardón que otorga una fundación conservacionista del Reino Unido, conocido popularmente como el “Oscar Verde”.

Este proyecto en particular fue presentado por REDAF se basa en una investigación de larga data de Micaela y su equipo del pecarí quimilero, una especie endémica de la región del Chaco que se encuentra amenazada. Dicho trabajo promueve la conservación de este mamífero y de su habitat, vinculando a las comunidades que habitan esta parte de la región chaqueña.

El 27 de abril se anunciarán los proyectos ganadores. Pero el hecho de llegar a esta instancia ya tiene un enorme mérito, que incentiva a quienes bregan por una región chaqueña sustentable, con toda su biodiversidad y en vinculación con las poblaciones que la habitan.

La bióloga nació en Buenos Aires pero decidió dedicar su vida a proteger un ecosistema a más de 1.000 km de distancia.

“El Gran Chaco sudamericano es la ecorregión más grande de Sudamérica después de la Amazonía y tiene dos partes: la región húmeda y la región seca”, señaló Camino a BBC Mundo.

Esa vasta ecorregión cubre un territorio de cerca de 1.140 000 km2.

“El Chaco seco está en Argentina, Bolivia y Paraguay. Es el bosque seco subtropical más grande del mundo”.

Camino explicó a BBC Mundo que el Chaco seco alberga especies únicas.

“Muchas de esas especies sólo existen en esa región porque son bosques muy especiales, ya que al ser secos hay estaciones en las que no cae agua por mucho tiempo. Entonces toda la vida se adaptó a esas condiciones, y entre esas especies está la que yo trabajo, el chancho quimilero”.

La mayor parte de los esfuerzos de conservación de la científica están centrados en esa especie de pecarí o chancho de monte.

Pecarí quimilero: “Está desapareciendo su hábitat… Si no hacemos algo ya, en 30 años esta especie estará extinta”.

“A diferencia de otros pecaríes que existen en América, esta especie solo existe en los bosques secos del Chaco y está muy, muy amenazada porque esta regióntiene una de las tasas más de deforestación más altas del mundo”.

El nombre de “quimilero” se debe que este pecarí se alimenta de un cactus típico de la región llamado quimil.

“Justamente por comer los cactus es que puede atravesar muy bien las temporadas tan largas de sequía, mientras que otros mamíferos empiezan a caminar desesperados. A veces los encontrás muertos por lo seco que se pone”.

Salvar al pecarí quimilero requieres esfuerzos urgentes, afirmó Camino.

“Está desapareciendo su hábitat y es una especie que representa un camino evolutivo único y si se extingue ahí se extingue del mundo. Nosotros estimamos que solo enfocándonos en lo que es pérdida de hábitat si no hacemos algo ya, en 30 años esta especie estará extinta”.

“Lo que hacemos al enfocarnos en esta especie es que como salvarla requiere sí o sí, salvar los bosques en su hábitat. Esto nos permite usarla como un guardián, como un paraguas que protege a todo el sistema boscoso con su diversidad de especies y gente y culturas”.

La lucha por salvar a esta especie y su hábitat está indisolublemente ligada a empoderar a los habitantes locales, como las comunidades indígenas wichí.