Chaco

CHACO: Verena Mayer-Tashc, La Escultora Alemana Que Destaca La Atmósfera Cultural Chaqueña

Vive en una zona de montañas, donde el mármol es autóctono y con vista al mar. “Carrara es un poco similar a Chaco. En vez de ser la ciudad de las esculturas es el lugar de los escultores. Todo mi círculo es de escultores y de personas que esculpen, particularmente con el mármol del lugar”, describe.

Verena llega a Carrara muy joven con el deseo de estudiar en la Academia de Bellas Artes de la ciudad. Allí conoció a su esposo que también es artista y tenía su estudio; así comenzaron a trabajar juntos.

Realizan simposios alrededor del mundo y exhibiciones de diferentes temáticas. “Hace seis años abrimos un nuevo estudio, más grande, en Carrara donde hacemos otros proyectos y empezamos a recibir artistas de otros lugares”, cuenta.

La artista señala que como escultora trabaja el mármol y la piedra en general. “La temática siempre está conectada con el mundo material e interno-emocional”, explicó. Relata que luego de tener hijos puso la mirada en los juguetes y en esos mundos. Sus obras “no son del todo abstractas, tiene siempre como un objeto que se aprecia y el relato de una historia de vida”.

Sobre la Bienal

Consultada por el conocimiento que tenía anteriormente sobre la Bienal de Chaco, dijo que al principio “no sabía mucho, aunque sí había escuchado hablar. Explica que cuando quedó seleccionada “me sentí muy feliz, ahora que sí sé que es un evento muy importante y que hay muchas grandes esculturas. Estoy junto a otros grandes artistas y es muy emocionante”.

La obra

La obra que realiza este año en la Bienal se llama “Vestido” y “es la continuación de una larga investigación que se llama ‘vestido de origami’”. Trata la tradicional técnica del origami, con un velo de juego y de infancia. “Quiero usar la piedra para transformarla en papel en este método de doblaje decorativo”, dijo. La trasmutación de una materia dura a la maleabilidad del papel.

Comenta que, en su realización, sigue un método tradicional para esculpir, tallándola primero con la moladora y luego haciendo ella misma a mano en los detalles.

Siguiendo con esa actitud más recatada europea, Verena dice sentirse “un poco incómoda” con tener tanta gente “alrededor de nuestro lugar de trabajo”. “Es un poco mucho”, dice sonriendo incómoda, “es un momento de gran concentración y tener tanta gente tan cerca se vuelve difícil”, explica.

“Me siento muy orgullosa de dejar mi escultura en un lugar tan vivo como Chaco y junto a otras tan grandes esculturas. Es una maravillosa atmósfera con muy buenos escultores alrededor”, finaliza.