El pasado 12 de abril en la Cámara Segunda en lo Criminal a cargo de la Jueza Fany Zamateo quién sentenció al pastor evangélico como responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores. Las abogadas querellantes Gabriela Bertoya y Victoria Jiménez Victoria asesoraron a la madre de la menor, Vanesa González.
Cabe recordar que los reiterados abusos comenzaron a fines del año 2022 hasta septiembre del año 2023 y ocurrieron siempre en la Iglesia La Casa del Alfarero del barrio Sáenz Peña. La menor asistía al culto y al merendero que funcionaba allí, donde también concurren alrededor de 200 niños.
El acusado identificado como C.B. condenado a 12 años de prisión efectiva, tiene 62 años y había sido detenido a las pocas horas de realizada la denuncia. El pasado viernes en un juicio abreviado reconoció haber sido autor de dicho abuso y el pasado viernes se conoció la sentencia de la Cámara del Crimen N°2 de Sáenz Peña.
“Los abusos ocurrieron siempre en la Iglesia”, dijo la madre de la víctima.
Vanesa González, en contacto con Diario Tag se refirió al caso, al tiempo que manifestó estar conforme con la sentencia, agradeció “el trabajo llevado adelante por la Fiscalía Nº 1 y a la policía que actuaron rápidamente y pudieron detener a este sujeto. A la Jueza que lo sentenció a 12 años de prisión lo que nos deja tranquilas, porque el daño ya fue hecho, pero estamos conformes con la sentencia. Estoy tranquila porque mi hija, hasta que sea mayor de edad ya no lo va a ver más y podrá recuperarse del daño que le produjo”, afirmó.
Asimismo, recordó: “Siempre los abusos ocurrieron en la iglesia, ellos tienen un depósito atrás y ahí es donde fue que él pastor abusaba de mi hija y me entero de lo ocurrido por mi hija más chica y de inmediato voy y hago la denuncia. Elegí ir por la justicia y no hacer nada por mí misma, hice la denuncia e inmediatamente fue detenido y de ahí quedó detenido hasta que se le dictó la sentencia”.
Del mismo modo, la madre de la menor víctima de abuso mencionó que su hija estaba amenazada por el pastor para que no cuente nada, “él le amenazaba a ella por la hermanita, le decía no diga nada, si ella hablaba le iba a pasar lo mismo a la hermanita menor y ese era el miedo y por eso no quería hablar”.
En la misma línea, González explicó que, en el lugar, funcionaba un merendero al que asistían más de 200 chicos. Al ser consultada si conoce de otros casos similares al de su hija, dijo desconocer esta situación, pero “si hay otros casos no lo sé, pero pido a esa mamá que se anime y hable porque si nosotros no defendemos a nuestros hijos, nadie lo defiende”.