Participaron el Presidente del Instituto de Cultura, Francisco Tete Romero, el Arzobispo de Resistencia, Monseñor Ramón Alfredo Dus, y el autor de la obra, Jorge Suligoy.
Romero expresó que “es un privilegio para el Instituto de Cultura ser copartícipe de lo que llamamos un mensaje grabado para todos los tiempos, desde la música popular más nuestra, desde lo coral y plural.”
“El gran Atahualpa Yupanqui dijo que la buena música cura al alma. Y acá estamos hablando de dos grandes alimentos para el alma: en un tiempo impiadoso, en un tiempo de prédicas de malos sentimientos, acá hay un horizonte espiritual de sentido, interreligioso porque están todas las confesiones religiosas cristianas, intercultural, está el guaraní en el chamamé, está el qom en Coro Chelaalapí, y músicos de distintos lugares de Hispanoamérica.”
“Es un canto ecuménico a diez años de la Asunción del Papa Francisco y es el horizonte espiritual que necesita este tiempo histórico en que el Papa sigue bregando contra la xenofobia, la discriminación y la desigualdad, esta obra es un canto ecuménico por la igualdad, por la fraternidad, por el respeto, por la tolerancia, por la paz social.”
“Tengo toda la expectativa y la emoción porque nos van a entregar el material y nuestra función va a ser hacerlo circular de dos maneras: a los medios de comunicación, radio y televisión por un lado y después al sistema educativo, a los espacios de bibliotecas populares y bibliotecas escolares. Así que seremos fieles custodios y distribuidores de este mensaje de amor y de paz social” concluyó.
Monseñor Ramón Alfredo Dus remarcó estar “agradecido de integrar este proyecto que es un orgullo para todos, como región y como argentinos y que quiere ser un don y un regalo para el Papa Francisco en sus diez años.”
“Me gusta recordar que la música es fundamental en el mensaje que queremos acercar, desde ahí, desde las inspiraciones culturales, iluminada también por nuestras experiencias religiosas y de fe, es este puente que nos une y es quizás la expresión más sublime del arte: el cantar, el compartir y nutrirnos de la música.”
“Y me parece que toda verdadera expresión de arte nos lleva siempre a lo trascendente y allí nos encontramos en otra dimensión, que supera nuestras diferencias y que nos iguala con una experiencia realmente muy humana, de cercanía, porque parte del corazón y de la expresión del alma.”
“Entonces yo bendigo esta propuesta y este ofrecimiento que nos haces, y también bendigo la colaboración de nuestra gente y acá de nuestro gestor de cultura. Y pedimos al Señor que sea un puente de encuentro, como le gusta decir a Francisco, que nuestro camino de vida que nos encuentre con las riquezas que queremos compartir”.
Por su parte, Jorge Suligoy remarcó el carácter interreligioso del material, “hay gente de todos los espacios, entre ellos Honorio Zerpa, gran acordeonista chamamecero que interpreta una obra que hicieron desde la Iglesia Evangélica, también el aporte del Coro Qom Chelaalapí; géneros de todas las regiones del país, con intérpretes que van desde una niña cantora de las Islas Ibicuy hasta el personaje entrañable de la abuela Doña Jovita. Es una muestra de que Dios está en todo. Que Jesucristo es el hombre que cambió la historia, la partió en dos, un antes y un después de Cristo”.
“Quiero agradecer en este sentido la generosidad y la visión que tiene Tete Romero y hacer entrega a los integrantes de esta mesa y los medios que vinieron del material. Hicimos una versión en pendrive que es más costosa pero más acorde a las actuales tecnologías”.